Nueve nombres supone la reparación de la memoria y dignidad de nueve internas del Hospital Psiquiátrico de Bétera (Valencia). Nueve nombres que corresponden a nueve mujeres en representación de muchas otras más, trasladadas desde el infame Manicomio de Jesús, también en Comunitat Valenciana, donde vieron vulnerados todos sus derechos y fueron destruidas como mujeres para convertirse en un número despersonalizado, amontonado en una institución salvaje y oscurantista y sometidas a torturas médicas, físicas y psicológicas.
Arrojadas a este sistema cruel por cuestiones puramente prejuiciosas, la mayoría de ellas no tenían una patología psiquiátrica sino que fueron víctimas de una sociedad machista y patriarcal, que las arrancó de sus hogares, les robó la conciencia a base de fármacos, lobotomías, electroshocks y otros tratamientos que podemos calificar de torturas médicas y las trató peor que a cabezas de ganado.
Las protagonistas de estas historias, en su mayoría, son supervivientes de casos de violencia machista, mujeres abusadas, mujeres con un cuadro evidente de depresión o que vivían totalmente fuera del sistema porque el sistema nunca se han preocupado por ellas; en definitiva: mujeres que molestan. Que molestaban a sus familias y que nos molestaban a la sociedad. Era más fácil, entonces, encerrarlas y tirar la llave que lidiar con la situación incómoda que representaba y representa su historia de vida y darles el lugar que les correspondía en la sociedad, reparar su daño.
En esta ocasión hay que darle dos veces las gracias a la autora: una, por el trabajo que hizo con sus compañeras desde Bétera para devolverles la vida y la dignidad usurpada, y otra, por acercarnos sus historias (como ella dice, son nueve que representan a muchas más) y la realidad psiquiátrica que se encontró hace no tantos años y sacudir la conciencia de la sociedad de entonces y de ahora.