La hegemonía del modelo biomédico en salud mental y la transformación de la atención sanitaria en un mercado extraordinariamente rentable, son factores que favorecen la práctica iatrogénica: abuso de la farmacología, intervenciones preventivas sin fundamento, el uso de etiquetas diagnósticas reduccionistas y estigmatizadoras o la aplicación de tratamientos excesivos, innecesarios o inadecuados que trasgreden con frecuencia los derechos humanos de las personas atendidas. Pero otra teoría y otras prácticas de cuidado son posibles. He aquí la razón de la reedición ampliada de Hacía una psiquiatría crítica, donde Alberto Ortiz Lobo y Juan Gervás, Vicente Ibáñez, Iván de la Mata, Eva M. Muñiz desgranan prácticas alternativas que nos hacen ver otras formas de entender y cuidar el sufrimiento psíquico, desde el respeto y la autonomía de las personas afectadas.
Es necesario cuando se pretende desde el poder económico y político hacer recaer la responsabilidad de la enfermedad y el sufrimiento psíquico en el individuo y privatizar por tanto su coste, que los profesionales de la salud mental hagamos creíbles a la población modelos más sociales, más solidarios y más eficientes para que la sociedad los haga suyos.
Manuel Desviat, director de la colección Líneas de fuga, Enclave de libros.