Hasta no hace mucho, verdad y mentira se oponían y donde dominaba una se ausentaba la otra sumisa. Más recientemente, en cambio, ambas se entretejen y se han vuelto inseparables a la mirada contemporánea. El rostro de la mentira se ha ido difuminando y ha confundido sus rasgos con la fisonomía de lo verdadero. Más tarde, se nos abrieron los ojos ante la participación del otro en la mentira propia. Hoy no podemos entenderla sin integrarla en un engranaje dialéctico que la suma y confunde con la mentira de los demás. Mentimos con la mentira del otro, que se vuelve inseparable y en buena parte indistinguible de la mía. Este estudio aspira a dar cuenta de la relevancia de la mentira en la sociedad capitalista.