Hace unos días, El País se hacía eco de la instrucción por la que la la Fiscal general del Estado ordena que los fiscales controlen las sujeciones en las residencias y unidades de salud mental. Aquí puedes acceder a la instrucción:
Bélgica se posiciona en contra del dsm, apostando por un cambio de paradigma definitivo en salud mental.
El Superior Health Copuncil de Bélgica (SHC) señala que las herramientas más utilizadas para diagnosticar problemas de salud mental (el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), o el Manual Internacional Clasificación de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (CIE)) plantean varios problemas y recomienda que se utilicen con precaución y que las categorías del DSM no estén en el centro de planificación de cuidados.
Desde un punto de vista epistemológico, las clasificaciones se basan en el supuesto de que trastornos ocurren naturalmente, y que sus designaciones reflejan distinciones objetivas entre diferentes problemas, que no es el caso. Los límites entre las personas con una enfermedad y aquellos que están libres de ella son más dimensionales que categóricos.
A nivel organizacional, el SHC plantea la cuestión de la función de diagnóstico clasificaciones, que tienden a legitimar una estructura basada en un modelo biomédico y a proteger a la psiquiatría de las presiones del cambio, mientras que la atención de la salud mental se encuentra en un estado de cambio constante.
Por otro lado, este enfoque biomédico no reduce, como se esperaba, el estigma y la discriminación de los pacientes en la atención de la salud mental.
En Bélgica, las autoridades otorgan a las partes interesadas y organizaciones un amplio margen de libertad para utilizan estos sistemas, principalmente utilizados con fines de registro (MPD).
A nivel clínico, las clasificaciones no brindan una imagen de los síntomas, las necesidades de manejo y pronóstico porque carecen de validez, confiabilidad y poder predictivo. Por otro lado, no responden a nuevas concepciones de salud, definidas por la capacidad de adaptación, a pesar de los obstáculos biopsicosociales. Es más útil, señalan, entender la combinación de factores que contribuyen a causar y mantener los síntomas que identificar una categoría.
Un enfoque basado en la recuperación (clínica, personal y social) contextualiza mejor los síntomas y adapta las intervenciones de acuerdo con los valores, afinidades y objetivos de los pacientes, trabajando en estrecha colaboración con ellos.
Aquí puedes acceder al texto completo: DSM (5): the use and status of diagnosis and classification of mental health problems
Aída de Vicente y Silvia Berdullas resumen la noticia en Infocop. Aquí puedes leerlas
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