La hegemonía del modelo biomédico en salud mental y la transformación de la atención sanitaria en un mercado extraordinariamente rentable, son factores que favorecen la práctica iatrogénica: abuso de la farmacología, intervenciones preventivas sin fundamento, el uso de etiquetas diagnósticas reduccionistas y estigmatizadoras o la aplicación de tratamientos excesivos, innecesarios o inadecuados que trasgreden con frecuencia los derechos humanos de las personas atendidas. Pero otra teoría y otras prácticas de cuidado son posibles. He aquí la razón de la reedición ampliada de Hacía una psiquiatría crítica, donde Alberto Ortiz Lobo y Juan Gervás, Vicente Ibáñez, Iván de la Mata, Eva M. Muñiz desgranan prácticas alternativas que nos hacen ver otras formas de entender y cuidar el sufrimiento psíquico, desde el respeto y la autonomía de las personas afectadas.
Es necesario cuando se pretende desde el poder económico y político hacer recaer la responsabilidad de la enfermedad y el sufrimiento psíquico en el individuo y privatizar por tanto su coste, que los profesionales de la salud mental hagamos creíbles a la población modelos más sociales, más solidarios y más eficientes para que la sociedad los haga suyos.
Manuel Desviat, director de la colección Líneas de fuga, Enclave de libros.
Natalia Carrero. Otra. Madrid: Transito, 2022
Natalia Carrero escribe con un sentido del humor único y una mirada incisiva sobre los estigmas y el mundo como enfermedad; sobre el trabajo y la precarización; sobre qué significa ser una mujer contemporánea que bebe en casa o a escondidas, cualquier día. ¿Se trata de una pulsión, de una disfuncionalidad? Otra es una celebración de esas mujeres y vidas que pocas veces atraen la atención y casi nunca son escuchadas.
Una mujer escribe a su hermano. Recuerda cómo cuando eran niños «un manotazo gigante» acabó con sus sueños; fue ahí cuando ella comenzó a beber hasta la adicción, glugú. Le presenta a Mónica, la protagonista de su novela, en cuyas ‘Memorias de una buena borracha’ la vemos ejercer cuidados, criar, emitir facturas convencida de que el éxito está en producir. Pero sobre todo la vemos beber y volar, glugú.
Un libro brutal y necesario. Sanador», escribe Constantino Bértolo
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Jorge L. Tizón, describe y sistematiza los mitos y símbolos, profundamente enclavados en nuestra cultura, que embellecen el belicismo en nuestra sociedad y favorecen la explosión de las guerras. A pesar de sus justificaciones y de los mitos belicistas embellecedores, la guerra es una de las empresas humanas más antihumanas y que más nos empobrecen a nivel personal, social y ecológico. Por eso, para entender la guerra y poder evitarla, hay que comprender y contrarrestar los fundamentos económicos, políticos e ideológicos de la reiteración de los conflictos y de sus defensores y embellecedores. También hay que conocer sus símbolos y mitos, sus representaciones mentales y las emociones que llevan a ella. Porque, como proclama el acta fundacional de la UNESCO, «las guerras nacen en la mente de los hombres». Jorge L. Tizón, psiquiatra, neurólogo y psicoanalista, describe y sistematiza estos mitos y símbolos, profundamente enclavados en nuestra cultura, que embellecen elbelicismo en nuestra sociedad y, por tanto, favorecen la explosión de las guerras.
Madness and Social Change Autobiography of the Brazilian Psychiatric Reform, Paulo Amarante (Foreword to the International Edition, by Manuel Desviat Brazil (1976–2016) – Four Decades at the Forefront of Psychosocial Care for Psychic Suffering).
En este libro, la historia de la Reforma Psiquiátrica Brasileña es contada por uno de sus principales protagonistas. A principios de la década de 1980, había alrededor de 80 mil personas ingresadas en hospitales psiquiátricos en Brasil, con una duración promedio de la estancia hospitalaria de aproximadamente 25 años. El proceso de reforma psiquiátrica que tuvo lugar en el país fue responsable del cierre de más de 60 mil camas en asilos psiquiátricos, la mayoría de ellos caracterizados por condiciones de violencia y abandono.
La Reforma Psiquiátrica brasileña se inspiró en el modelo de atención psicosocial introducido por el psiquiatra Franco Basaglia en Italia y estuvo marcada por la amplia participación de movimientos sociales, como el movimiento contra el asilo y otros movimientos de derechos humanos. Este proceso dio lugar a un modelo de atención a la salud mental basado en servicios de salud mental territoriales de puertas abiertas, guiados por el principio del tratamiento en libertad, además de otras estrategias de desinstitucionalización.
Más que una propuesta de reestructuración o modernización del modelo de atención a la salud mental, el objetivo de la Reforma Psiquiátrica Brasileña fue la construcción de un nuevo lugar social para la experiencia subjetiva diversa y singular de la locura. Con la intención de producir nuevos imaginarios, nuevas representaciones sociales y nuevos significados para estas experiencias, la Reforma Psiquiátrica brasileña condujo a una de las experiencias más grandes de desinstitucionalización en el mundo y a la implementación a gran escala de un nuevo modelo de atención de salud mental en el que el viejo paradigma centrado en el asilo fue reemplazado por un nuevo modelo democrático de atención psicosocial.
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Un sentimiento recorre nuestras vidas. No es ansiedad, no es depresión, no es euforia ni inquietud. Es, simplemente, que estamos mal. Vivimos en sociedades que hablan de salud mental pero que, en realidad, están hablando de un conjunto de conceptos entremezclados: desesperanza, cansancio, falta de expectativas, estrés, preocupación y dificultad para saber cuándo se acabará ese sentimiento. El malestar del que hablamos tiene mucho que ver con la incapacidad de imaginar un futuro que sea realizable, con la falta de certezas sobre lo que ocurrirá mañana o sobre el reflejo que nos sale al pensar que lo que venga será siempre peor que lo que ya pasó. Ante esto, la primera pulsión de la sociedad parece ser la patologización de ese malestar, ya sea por la vía de la terapia o del psicofármaco. Una opción alternativa, pero igualmente frecuente en ciertos ámbitos, es la negación de la singularidad del sufrimiento y la llamada a la politización como respuesta única posible. En este libro tratamos de abordar los falsos dilemas ante los que nos enfrentamos al hablar de «lo que nos pasa», mirando a las raíces del sufrimiento psíquico y planteando soluciones que no eludan la complejidad del problema. La salida de esta situación generalizada de desesperanza no puede recaer sobre la atención individualizada, sino que alude de forma directa a intervenciones en el ámbito del trabajo, de los derechos de subsistencia y la ampliación a derechos vinculados a los valores posmateriales —autonomía, libertad de expresión, desarrollo de la democracia, etc.— y que son los que hacen que nos podamos permitir pensar en la conquista del futuro.
Aquí puedes ver más. y aquí, una entrevista con Marta Carmona